martes, 31 de diciembre de 2013

Las mejores películas de 2013

Aunque por lo general este año ha estado plagado de sorpresas y no nos han invadido excesivamente a blockbusters, solo un puñado de películas han sido realmente dignas de recibir largos aplausos al final de la proyección, de contemplar esos gestos tan impagables que de vez en cuando el espectador emite a modo de sonrisas y de ojos vidriosos, de necesitar quedarse sentado hasta que finalizan los crédito para asimilar el trago. Por eso quizás ninguna nos va a despedir el año a lo grande, en un intento de endulzarnos las últimas eucaristías de taquilla que a muchos nos gusta forzar. Nos vamos a tener que conformar con el lirismo pornográfico de Lars von Trier y con Bilbo Bolsón buscando castañas en Erebor.

Pero si hay algo que siempre compensa las agridulces conclusiones es esa lista que todo cinéfilo se guarda en la memoria para recomendarla a sus compañeros de vicio. Quizás es que uno se acostumbra fácilmente a que al menos haya un buen estreno por semana o por dos, como sucedió en la práctica totalidad del año anterior, pero esta vez me salen cinco títulos a rescatar:

1- La gran belleza (Paolo Sorrentino)
2- Blue Jasmine (Woody Allen)
3- La vida de Adèle (Abellatif Kechiche)
4- Prisoners (Denis Villeneuve)
5- Vivir es fácil con los ojos cerrados (David Trueba)

En esta minilista no incluyo películas que hayan participado en alguna entrega de premios. Es decir, nada de 'Amour', 'Searching for Sugar Man', 'Blancanieves', 'Django unchained', etc., que ya tuvieron sus elogios el año pasado y además son de producción anterior. Eso sí, de haber alargado la lista hacia el decálogo habrían entrado 'La mejor oferta' de Tornatore, 'Gravity' y '12 años de esclavitud', entre otras menores (sí, menores). Pero esto va de ser breves. Paolo Sorrentino merece sentarse en el trono por el hermoso y díscolo homenaje a la sociedad italiana que se marca a través de 'La grande bellezza'. Una belleza que resalta el lado más sucio de la hipocresía burguesa, explicada mediante la labia de un escritor venido a menos, pedante pero entrañable, bajito pero colosalmente respetable. Sus reminiscencias fellinianas acarician el sobresaliente cuando los personajes bailan en discotecas y la cámara se convierte en el mejor guía turístico que ha conocido la ciudad de Roma desde La dolce vita. Un regalo para la vista y también un mazazo a ese pequeño ser ególatra que de alguna forma todos llevamos dentro. Por otra parte Woody Allen ha logrado convertir a 'Blue Jasmine', su vuelta al drama, en un tapiz de críticas positivas que ya desbordan en su larga filmografía. Ojalá nos siga regalando películas hasta cumplir cien años, aunque sean tan flojas como 'A Roma con amor'. De 'La vida de Adèle' solo puedo repetir los mismos encomios que lleva recibiendo desde que Abellatif Kechiche levantó la Palma de Oro en Cannes. Pocas películas llegarán a escenificar el desamor igual que lo ha hecho el tándem Seydoux-Exarchopoulos a base de conversaciones maduras, de planos detalle hacia labios sinuosos que comen spaguettis y que besan otros labios, de escenas perpetuadas de sexo explícito sin caer en lo meramente pornográfico.

También me siento obligado a reivindicar 'Prisoners' como una de las películas del año. Por mucho que la Academia la ignore, para mi -y para una quincena de periodistas en España y Estados Unidos: ver link-, es uno de los thrillers más redondos y asfixiantes que he visto desde el mejor David Fincher. (Os invito a leer mi crítica en Bandeja de Plata). Por último no me gustaría desechar mi vena reivindicadora sin incluir a la que considero mejor película española de 2013, 'Vivir es fácil con los ojos cerrados'. No hagan caso a Montoro en eso de que este año no hay calidad local, pues más allá de la última de Sánchez Arévalo y del -->coloque su adjetivo favorito<-- de Almodóvar se esconde David Trueba, un director modesto y con una capacidad para narrar historias que muchos quisieran. (La crítica en un click).

Y para no ser menos justo, en la siguiente lista incluyo otras cinco películas que a mi parecer podrían haber dado mucho más de sí, sin contar por supuesto metrajes de desagüe como 'La jungla 5', 'Movie 43' o 'Gangster Squad'. Podéis leer la crítica completa pinchando en cada título:

1- The Bling Ring: Qué mona va esta chica siempre y qué bien graba su colección de cosmética. Sofia Coppola nos sometió a una hora y media de tortura fashion victim en la que nos hizo echar de menos una pastilla de cianuro.

2- El consejero: ¿Qué sucede cuando Sir Ridley Scott cumple 75 años y le da por trasladar a la pantalla un guión de Cormac McCarthy? Que Brad Pitt se viste de tejano, Cameron Diaz copula con un Ferrari y Javier Bardem se queda dormido en una sesión de rayos uva. Ver para creer.

3- Trilogía Paraíso: Por alguna razón Ulrich Seidl ha arrasado este año entre los círculos independientes más vistosos con su trilogía austriaca sobre el Amor, la Fe y la Esperanza, labrada con un tono documental atractivo pero también pretenciosamente morboso y en parte nauseabundo. Va al cajón de las revisables. De momento, decepción.

4- R3sacón: Como fan de esta saga me esperaba algo más del desenlace del barbudo salido y compañía. Otro ejemplo más del resultado de rodar con prisas y de querer alargar las buenas fórmulas de taquilla.

5- Bienvenidos al fin del mundo: Los fans de la comedia independiente tienen con este agridulce filme la oportunidad de cuestionarse la admiración que se ganó Adam Wingard por 'Zombies Party' y 'Scott Pilgrim'.

En definitiva, espero que 2014 sea tan bueno como 2012 y que seamos testigos de un año placentero y aplaudible, y que al menos nos haga mitigar el efecto secuela que nos invade en 2015... Eso sí, antes de los próximos Oscars todavía quedan por ver grandes títulos como 'Inside Llewyn Davis', 'El lobo de Wall Street', 'Her', 'La venus de las pieles' y la que más hype me ha generado desde que vi el tráiler: 'Nebraska', de Alexander Payne.

sábado, 21 de diciembre de 2013

Clásicos del Cine: 'Umberto D.' (1952) - A la basura los guiones, sigamos a los hombres con la cámara

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Título original: Umberto D. Director: Vittorio De Sica Guión: Cesare Zavattini, Vittorio De Sica Fotografía: G. R. Aldo Música: Alessandro Cicognini Reparto: Carlo Battisti, Maria Pia Casilio, Lina Gennari, Memmo Carotenuto, Alberto Albani Barbieri

En un momento de ‘Umberto D.’, el protagonista, desolado, en un cuarto derruido que le está siendo arrebatado pero en el que vivió toda su vida, se asoma a la ventana sin esperanza y mira fijamente el suelo. La cámara contempla el duro pavimento durante un rato y de golpe se acerca a él con rapidez vertiginosa. Entonces cambia de plano y vemos al perro Flike tumbado en los restos de la cama. El protagonista se aleja de la ventana.

Esta escena condensa todo el último tercio de la narración que no consiste más que en un desarrollo de esto. Es de una factura perfecta, el tiempo está medido a la perfección, nos permite asomarnos a la mente de Umberto sin necesidad de diálogos o voces en off y es emotiva hasta la medula, pero no por la música o la manipulación de las imágenes, sino por la historia real y humana que hay detrás. Es la esencia de la película.

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miércoles, 18 de diciembre de 2013

'12 años de esclavitud' - "La" Película

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Título original: Twelve Years a Slave Director: Steve McQueen Guión: John Ridley (Biografía: Solomon Northup) Fotografía: Sean Bobbitt Música: Hans Zimmer Reparto: Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender, Benedict Cumberbatch, Paul Dano, Paul Giamatti, Lupita Nyong’o, Sarah Paulson, Brad Pitt, Alfre Woodard, Michael K. Williams, Garret Dillahunt, Quvenzhané Wallis, Scoot McNairy, Taran Killam, Bryan Batt, Dwight Henry Distribuidora: DeaPlaneta.
Se nota que ya se acercan los Óscars y comienzan a estrenarse las películas manufacturadas para la gala. “12 años de esclavitud” es una de ellas. La era Obama, el 150 aniversario de la Proclamación de Emancipación, el 50 aniversario de la Marcha sobre Washington, y el recordatorio de que las heridas de la segregación racial siguen abiertas como en el caso Trayvon Martin, están suponiendo en Hollywood una oleada de trabajos sobre el racismo en Estados Unidos. La esclavitud y la lucha por los derechos civiles son los temas predilectos -Criadas y señoras (2011); Lincoln (2012); Django desencadenado (2012); El mayordomo (2013); 42 (2013); Red tails (2013); Fruitvale station (2013), etc.- sin contar con la nueva oleada que vendrá tras la muerte de Nelson Mandela-. La mayoría de estas películas tienen algo en común: lo convencional y casi idéntico de su discurso. Pero sobre todas estas películas aparece “12 años de esclavitud”, decidida a convertirse en LA película sobre la esclavitud.

Puede hacerse irritante comprobar en cada plano la voluntad de McQueen de partir de una intrahistoria personal y subjetiva para hacer el Gran Relato sobre la esclavitud, pero  al menos no lo oculta y reivindica su voluntad de basarse en hechos reales, de asemejarse a “La lista de Schindler” y de que su historia se convierta en el “Diario de Ana Frank” del racismo (también afirma, como otros, que nunca antes se había tratado el tema con realismo, pero dudo que Richard Fleischer (Mandigo, 1975) estuviera de acuerdo). Y lo ha conseguido, ha hecho La Película sobre la esclavitud en los EEUU (y la voluntad de ser libre), un Gran Relato correctísimo y equilibrado que cristaliza el discurso oficial. A cambio solo ha tenido que evitar arriesgarse en nada o profundizar en algún aspecto, huir de las ambigüedades y problemáticas para plasmar a la perfección la idea implícita que casi todos compartimos y que lleva tiempo circulando por casi todas partes; y, en resumen, hacer una película comercial lo más “vendible” posible a un amplio público.

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sábado, 14 de diciembre de 2013

'Mucho ruido y pocas nueces' - Muchas chorradas y poca gracia



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Título original: Much Ado About Nothing Director: Joss Whedon Guión: Joss Whedon (Obra: William Shakespeare) Fotografía: Jay Hunter Música: Joss Whedon  Reparto:    Amy Acker, Alexis Denisof, Nathan Fillion, Clark Gregg, Reed Diamond, Fran Kranz, Jillian Morgese, Sean Maher, Spencer Treat Clark, Riki Lindhome, Ashley Johnson, Emma Bates, Tom Lenk, Brian McElhaney, Joshua Zar, Paul M. Meston, Romy Rosemont   Distribuidora: Alfa Pictures
Mucho ruido y pocas nueces (2013), no es un intento de Joss Whedon, un autor eminentemente popular, de entrar en la alta cultura adaptando a uno de sus autores fetiches y eso se agradece. Es un intento de hacer la opera prima que durante 16 años de carrera le ha sido arrebatada. Su primer salto a la gran pantalla fue forzado por los fans de Firefly tras haber cancelado la prometedora serie y resulto en un decepcionante y alargado “capítulo”; el segundo, fue una megaprodución por encargo de Marvel. Ahora, por fin, ha tenido la oportunidad de hacer una película barata e independiente, en blanco y negro, producida por su mujer, rodada por sus colaboradores y amigos habituales, rodada en su casa y con el material que él ha querido adaptar, tal y como le ha dado la gana: una falsa opera prima de un director que a estas alturas no tiene que ganarse al público y que no se encontraría con problemas de financiación. Se agradece notar en cada plano que los actores y el director están disfrutando con la película, pero además de la sospecha de cierta impostura, no es suficiente.


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viernes, 13 de diciembre de 2013

'El consejero' - Historia de McCarthy; película de Scott



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Título original: The Counselor Director: Ridley Scott Guión: Cormac McCarthy Fotografía: Dariusz Wolski Música: Daniel Pemberton Reparto: Michael Fassbender, Brad Pitt, Javier Bardem, Cameron Díaz, Penélope Cruz, Rosie Perez, Bruno Ganz, Rubén Blades, Toby Kebbell, Édgar Ramírez, Natalie Dormer, Fernando Cayo, Sam Spruell, Goran Visnjic, Dean Norris, John Leguizamo, Velibor Topic, Giannina Facio    Distribuidora: Twentieth Century Fox

Probablemente, el principal problema de El Consejero sea presentarse como un thriller sobre drogas. En realidad, la estructura de thriller solo es el motor de la historia y las drogas no son más que una metáfora de la tentación. Ante todo, El Consejero es una historia de McCarthy. Rodada por el director equivocado.

Los principales temas de la película no sorprenderán al lector de Meridiano de sangre o Todos los hermosos caballos. La destructiva seducción por el poder. El poder del dinero, del sexo y de una mujer inteligente o un abogado de éxito. Esta ambición por el poder nos convierte en depredadores y presas y siempre hay una Cameron Díaz capaz de follarse un coche de millones de dólares, más ambiciosa y más astuta que nosotros para darnos caza. La importancia de las decisiones tomadas y la imposibilidad de rectificar, enmendar los errores o de volver atrás; y al mismo tiempo, la imposibilidad de predecir las consecuencias de nuestras elecciones, pues a menudo no nos dimos cuenta de su importancia o de estar eligiendo cuando las tomamos. El mundo es un lugar violento e impredecible: esa es la visión del ser humano y la vida de Cormac, algo violento pero hermoso y en el caso del hombre con posibilidad de elección. Todos los temas de la película pertenecen a la autoría de uno de los mejores escritores norteamericanos vivos.

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jueves, 21 de noviembre de 2013

'De tal padre, tal hijo' - La misión de la paternidad

Título original: Soshite chichi ni naru (Like Father, Like Son) Director: Hirokazu Koreeda Guión: Hirokazu Koreeda Fotografía: Mikiya Takimoto Reparto: Masaharu Fukuyama, Yôko Maki, Jun Kunimura, Machiko Ono, Lily Franky    Distribuidora: Golem Distribución.

En contra de lo que a primera vista se pueda pensar, “De tal padre, tal hijo” no trata (solo) sobre el intercambio de dos niños al nacer; en lugar de ello es una película que ansía reflexionar sobre la paternidad. ¿Qué significar ser padre? ¿Sustentar a la familia y garantizar el éxito del hijo o darle un hogar cálido lleno de amor y aceptación? ¿Cuándo se comienza a ser padre? ¿Nada más ver al hijo, cuando uno se reconoce física o psicológicamente en él, tras habituarse al cambio radical que ha tomado tu vida, o tras haber pasado horas con el niño? ¿Es igual esta situación para el padre que para la madre, quien lleva al niño en su vientre nueve meses antes de encontrárselo de frente? Sin duda la noción de ‘paternidad’ cambia con el tiempo, radicalmente cuando se tiene un hijo, y sin duda es distinta en cada familia y en cada progenitor. El tema del cambio de recién nacidos es la excusa que permite lanzar estas reflexiones y captar la atención del público. Además permite explorar otra de las cuestiones fundamentales del film: el significado de los lazos de sangre. El intercambio de recién nacidos es en Japón, como en España los robos, un tema de gran vigencia; y el significado de los lazos de sangre fundamental en la cultura japonesa.

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La principal misión en un drama como este es la credibilidad del relato. Que las preguntas y las respuestas surjan solas, sin ser forzadas, haciendo de los personajes algo más que signos en el discurso: personas reales que sufren, aman y viven. La equilibrada sencillez de Koreeda y su particular sensibilidad parecían adecuadas para el desafío.


sábado, 2 de noviembre de 2013

'The Bling Ring' - Qué mona va esta chica siempre





Título original: The Bling Ring Director: Sofia Coppola Guión: Sofia Coppola Fotografía: Christopher Blauvelt, Harris Savides Música: Brian Reitzell Reparto: Emma Watson, Israel Broussard, Katie Chang, Leslie Mann, Taissa Farmiga Distribuidora: Vértigo Films


Si hubiera visto esta película en la tele me habría costado entender que los primeros diez minutos no se trataban de un anuncio largo de Loewe o de cualquier otra marca de perfume. Es cierto que ser hija de quien es se lo puso más fácil que nadie a la Coppola para hacer cine desde que se le cayeron los dientes de leche. Pero eso no fue una excusa para justificar ninguna carencia en sus primeros largometrajes, pues la neoyorquina pronto se hizo dueña de un estilo único que no solo le concedió el aplauso de la crítica y el público -entre ellos el mío- sino que le otorgó una estatuilla más que meritoria por el guión de 'Lost in Translation'. Es una historia potente y hermosa sobre sentimientos encontrados que siempre guardaré en la retina, al igual que 'Las vírgenes suicidas' y 'Maria Antonieta'. Sus personajes femeninos siempre orquestaban a la perfección con estupendos montajes estilizados con música pop, a modo de videoclips en los que la fotografía emerge en primer plano como también hace Wes Anderson. Esta vez Coppola repite la fórmula pero lo hace de una forma tan gratuita y repetitiva que me provoca sueño y cabreo. No hago más que esperar a que pase algo entre toda esa estética cursi que solo disfraza un discurso vacío, plúmbeo, intranscendente.


lunes, 28 de octubre de 2013

'Sólo Dios Perdona' - Una violenta, pero justificada, tragedia en Bangkok

  
Título original: Only God Forgives Director: Nicolas Winding Refn Guión: Nicolas Winding Refn    Música: Cliff Martinez Fotografía: Larry Smith Reparto:      Ryan Gosling, Kristin Scott Thomas, Vithaya Pansringarm, Rhatha Phongam, Gordon Brown, Tom Burke, Sahajak Boonthanakit, Pitchawat Petchayahon, Charlie Ruedpokanon, Kovit Wattanakul, Wannisa Peungpa, Byron Gibson    Distribuidora: Vértigo Films.

Tras el éxito cosechado con Drive (2011), en su nueva película Winding Refn ha aprovechado la recién conquistada libertad creativa para dar un paso adelante en sus inquietudes temáticas y formales. Quien acusó entonces de formalista y vacuo a ese relato de un (anti)héroe humano desconectado de la realidad, verá en Sólo Dios Perdona la refutación de sus argumentos; mientras quienes disfrutaron con la atmósfera de la película, la fuerza de sus imágenes y el atractivo del protagonista de Drive, quedarán aún más fascinados por la potencia visual de la nueva película. Otros, creerán que en ese desarrollo en todas las características que definían su anterior trabajo Winding Refn está cayendo en la burla de sí mismo. Al final, toda polémica sobre la película gira sobre la misma pregunta: ¿Es una película vacía? ¿La ultraviolencia de sus imágenes, la atmósfera onírica, lo artificial de todo el film, es todo eso gratuito?

sábado, 26 de octubre de 2013

'La Vida de Adéle' - Naturalismo carnal

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Título original: La vie d'Adèle - Chapitre 1 & 2 Director: Abdel Kechiche (AKA Abdellatif Kechiche)  Guión: Abdel Kechiche (AKA Abdellatif Kechiche), Ghalya Lacroix (Novela gráfica: Julie Maroh) Música: Varios  Fotografía: Sofial El Fani   Reparto: Adèle Exarchopoulos, Léa Seydoux, Salim Kechiouche, Mona Walravens, Jeremie Laheurte, Alma Jodorowsky, Aurélien Recoing, Catherine Salée, Fanny Maurin, Benjamin Siksou, Sandor Funtek, Karim Saidi  Distribuidora: Vértigo Films
 
Adaptando libremente la novela gráfica “El Azul es un Color Cálido” de Julie Maroh, en su nueva película Abdel Kechiche se ha propuesto narrar la “Vida (sentimental) de Adéle”. El primer cambio respecto al cómic (que no he leído) es el título. A lo largo del film se conserva esa identificación del color azul con la protagonista y su crecimiento, pero realmente, lo importante del relato no es otra cosa que su personaje. El segundo cambio, y el más importante, es el nombre de la protagonista. Kechiche ha encontrado a una actriz maravillosa, Adèle Exarchopoulos, y ha creado un papel a su medida.

No estamos ante una película feminista, aunque sea un film de mujeres; ni ante una película homosexual, aunque las protagonistas puedan serlo; estamos ante una historia de crecimiento personal, de conocimiento de uno mismo, de encuentro con el deseo y de sus repercusiones. El director tunecino nos ha introducido visceralmente en la intimidad de su protagonista para mostrárnosla de forma natural y transparente, sin filtros ni afectaciones. Debemos de ver a Adéle y aceptarla tal y como es. Y gracias a la formidable actuación y a la dirección no es difícil encariñarnos con ella. 

Todas las virtudes y defectos de la película vienen de esta ambición de desnudar la intimidad de la protagonista en su totalidad, sin esconder nada, tratando de abarcarlo todo con naturalidad.

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miércoles, 23 de octubre de 2013

'Gravity' - Un fallido drama existencial rodado en exteriores



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Título original: Gravity Director: Alfonso Cuarón    Guión: Alfonso Cuarón, Jonás Cuarón    Música: Steven Price    Fotografía: Emmanuel Lubezki   Reparto:  Sandra Bullock, George Clooney    Distribuidora: Warner Bros.


Tenía muchas ganas de ver esta emocionante y visceral maravilla del 3D capaz de derrotar el logro visual de Cameron en Avatar (2009) y de ofrecer la experiencia más cercana al espacio que jamás tendremos. Nadie puede desmentir todas estas buenas críticas. Gravity, desde luego, parece estar rodada en el espacio exterior y sin gravedad. Es la película que necesitaba la tecnología 3D para justificarse después de tanta decepción. Ahí donde James Cameron empleaba la tercera dimensión para la exhibición espectacular, el precedente hasta el momento, Alfonso Cuarón la emplea en una brillante y expresiva estética capaz de recrear en sus imágenes la angustia metafísica y la belleza de ese territorio poco conocido, solitario y extremadamente peligroso que es el espacio exterior. Un paraje desolador en el que la supervivencia es una lucha continua, un lugar capaz de evidenciar la soledad existencial del ser humano, al mismo tiempo que la belleza de la vida y la naturaleza.
Sin embargo, hay toda una dimensión de la película al que las críticas hacían rara mención. Ahora entiendo el por qué: el drama humano de los personajes es más desolador y aburrido que esperar la muerte flotando en el espacio exterior.

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Podríamos situar Gravity como un film a caballo entre dos géneros: la ciencia ficción realista que explora con detalle la tecnología del presente y las películas de supervivencia en un medio hostil. Ambos (sub)géneros, tienen en sí mismos la semilla de la reflexión existencial. El director de Hijos de los Hombres (2006) nos hace sentir en nuestra propia piel lo que debe ser moverse y sobrevivir en un entorno sin gravedad, sin sonido y sin oxígeno. Los movimientos de vals que ejecuta la cámara en tres dimensiones, como si flotara con los personajes; el sabio uso de los silencios y efectos especiales o música; las imágenes creadas con todo detalle por ordenador; la tecnología 3D para mostrar partículas u objetos suspendidos (impresionantes las llamas y las lágrimas) o para impresionar con la violencia de esos movimientos sin rozamiento que convierten la basura espacial en metralla mortal sacándonos el corazón del pecho; todos estos recursos están puesto al servicio del suspense y la acción, pero también del drama de supervivencia con el que Sandra Bullock nos sorprende. El resultado son unas imágenes que entretienen, impresionan, angustian y sobrecogen al mismo tiempo en una danza ingrávida nunca vista. (1)

jueves, 3 de octubre de 2013

Clásicos del Cine: 'El Increible Hombre Menguante' (1957) - Revolucionando lo cotidiano

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Título original: The Incredible Shrinking Man    Director: Jack Arnold    Guión: Richard Matheson    Música: Joseph Gershenson    Fotografía: Ellis W. Carter (B&W)    Reparto:    Grant Williams, Randy Stuart, April Kent, Paul Langton, Raymond Bailey, William Schallert, Billy Curtis    Distribuidora: Universal Pictures

Ver El Increible Hombre Menguante (Jack Arnold, 1957) es enfrentarse a la historia de cómo lo cotidiano es puesto cabeza abajo. Para Scott Carey, el hombre menguante, esto ocurre cuando, tras atravesar una nube de radioactividad, comienza a menguar a pasos agigantados; para el cine fantástico y del terror, lo cotidiano fue puesto del revés cuando Jack Arnold rodó esta película.

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 Lo cotidiano para el protagonista, como no podía ser de otra manera, es nada más y nada menos que el American Way of Life: es un hombre de metro ochenta y cinco felizmente casado, con un dúplex con sótano, un gato cariñoso y arañas en los rincones más oscuros; para los espectadores de la época es la Serie B de los cincuenta, frecuentada por monstruos gigantes -a menudo insectos- frutos del peligro radioactivo. 

domingo, 29 de septiembre de 2013

'Elysium' - La preocupación de Blomkamp

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Título original: Elysium    Director: Neill Blomkamp    Guión: Neill Blomkamp    Música: Ryan Amon    Reparto: Matt Damon, Jodie Foster, Sharlto Copley, Alice Braga, William Fichtner, Diego Luna, Wagner Moura, Talisa Soto, Ona Grauer, Terry Chen, Adrian Holmes    Distribuidora: Sony Pictures Releasing de España

En su primer largometraje (District 9, 2009), Neill Blomkamp irrumpió con fuerza en las pantallas mediante una historia que conjugaba -como solo permite la ciencia ficción- el espectáculo más palomitero con la crítica social. El director sudafricano arremetía contra las multinacionales, la industria armamentística, las mafias africanas y la xenofobia, intolerancia y 'guetización' del diferente; pero lo hacía de forma superficial, cediendo siempre a un espectáculo bastante convencional. La desaprovechada idea de partida era brillante, a pesar de sus semejanzas con Alien Nación (Graham Baker, 1988), y aunque la película no era para tanto fue un éxito de taquilla y recibió excelentes críticas. Era de esperar que en su siguiente película Blomkamp repitiera la misma fórmula. Lo que no era tan predecible es que exacerbaría todos sus defectos.

Elysium, igual que su predecesora, es ante todo una película de acción ambientada en el futuro, pero también una débil metáfora con una convencional crítica social del presente. La diferencia es que ahora la crítica se centra únicamente en la injusta distribución de la riqueza y las migraciones desesperadas que esto ocasiona. La poca élite adinerada, que son todos muy malos, oscila entre el fascismo de la ministra de defensa y la hipocresía políticamente correcta del presidente. Hablan francés (aunque el inglés parece el idioma oficial de la humanidad) y viven en una lujosa estación espacial sin enfermedades. El resto, la mayoría de los seres humanos, que hablan español y que son muy muy buenos a pesar de la miseria y el crimen, viven en una tierra enferma, contaminada y tercermundista.

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El resto de la película se mantiene fiel al estilo de District 9. Planos generales que contrastan el lujo de la estación espacial con la podredumbre de la tierra, convencionales escenas de acción con cámara en mano resueltas con ritmo y desorden pero sin genio, y una negligente indiferencia por los personajes y el guión. Los personajes, esta vez con una mayor gama de secundarios, son aún más arquetipos que en el anterior trabajo del director. Por su parte los aún más numerosos defectos del guión -p.e. el absurdo y débil sistema de defensa de la estación espacial o el sentimentaloide y absurdo final de épica fallida que escupe sobre el mismo tema social de la película: el problema de la distribución de unos recursos finitos- hacen que como historia y como parábola crítica, la película sea insostenible. 

Esta vez Blomkamp se ha quitado la máscara que aun podía engañarnos en su anterior trabajo. No es un director de blockbuster preocupado por la sociedad, sino un director con buen olfato para llenar las salas. Al igual que Coca-Cola, el director de District 9 ha descubierto que, en contexto de crisis, las preocupaciones sociales venden. Solo hay que tener cuidado en no profundizar demasiado, algo que además requiere demasiado esfuerzo, en no ser revulsivo y en no molestar a ningún espectador potencial. Viendo Elysium parece que el único problema que preocupa a Blomkamp es llenar las salas.

Realmente la única diferencia profunda entre Elysium y District 9 es la idea de partida. Suficiente para que un servidor, como parece haber ocurrido entre público y crítica, se desengañe sobre un director que poco tiene que aportar a un género devorado por el fantástico.
 
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martes, 24 de septiembre de 2013

'Tú Eres el Siguiente (You're Next)' - Macabro, fresco y divertido slasher

Título original: You’re Next  Director: Adam Wingard Guión: Simon Barret  Música: Mads Heldtberg   Reparto: Sharni Vinson, Nicholas Tucci, Wendy Glenn, AJ Bowen, Joe Swanberg, Sarah Myers, Amy Seimetz, Rob Moran, Barbara Crampton, Ti West, Simon Barrett, LC Holt   Distribuidora: Filmax
Premios: 2011: Fantastic Fest: Mejor película de terror, director, guión y actriz (Vinson)

Incluso en un momento de la industria del cine en que los géneros se debilitan y sus fronteras se difuminan, sorprende la rapidez con que las películas de terror han ido cambiando de forma con el fin de seguir sorprendiendo y aterrizando al público y, sobretodo, el de entretener y llenar las salas y los bolsillos. En quince años a las películas slasher -esas películas de susto más que de terror, con adolescentes más o menos hormonados a los que acosa un asesino- se han añadido aquellas que, siguiendo la estela oriental, tratan de volver al terror puro infundido mediante atmósferas depuradas (p.e. The Ring con todos sus remakes y secuelas); se sumaron otras, como el Splat Pack o el Torture Porn (las franquicias Saw y Hostel), que en su intento de incomodar al espectador caen sin pudor en límites cercanos al gore más desagradable; y también, aquellas otras películas que partiendo de Holocausto Canibal (1980, Ruggero Deodato) y pasando por El proyecto de la Bruja de Blair ( Eduardo Sánchez, 1999) se han entregado al formato 'Metraje Encontrado', como las franquicias Rec o Paranormal Activity. Y esto sin considerar el bombardeo de apocalipsis zombis o las crepusculadas, más cercanas al fantástico que al terror, o aquellas películas que tratan por su cuenta y riesgo de renovar el género.
 
En un panorama como este, puede sorprender la recuperación de un denostado slasher por Adam Wingard y su guionista Simon Barret. No obstante, la vuelta por parte de esta producción independiente a la típica historia de una casa asaltada por asesinos/psicópatas, es, aunque no lo parezca, una decisión valiente en busca del entretenimiento. Tú Eres el Siguiente, película a la que acudí bastante escéptico -no soy apasionado al terror en general y menos al slasher en particular- como una de las películas más frescas que he visto del género.
 
 
Tú Eres el Siguiente se presenta como la típica historia del género, con sus arquetipos - p.e. mujer asustada e histérica, líder del grupo y pareja de éste (si bien los sexos están cambiados)-, lugares comunes y convenciones. Y como tal es predecible. Tras la primera media hora ya hemos identificado los arquetipos, sabemos quién es el personaje favorito del director (y por ende, el probable último superviviente: una desconocida y más que correcta Sharni Vinson), y casi podríamos hacer una quiniela, bastante acertada del orden en el que van a morir los personajes. Sabremos que ha de haber un último giro final, un último “malo”, y predecimos con facilidad en qué va a consistir. Y aun así, obviando los predecibles sustos y pseudosustos, el director juega correctamente con los elementos del género deparando alguna que otra agradable sorpresa, además de introducir sutiles guiños a La Ventana Indiscreta.
 
La película goza también de una macabra ultraviolencia que, por fortuna, escapa del gore pero hará las delicias de los espectadores más ávidos de esa sensación morbosa y desagradable que te desafía a no apartar la mirada. Unos asesinatos que, consciente de que el espectador se sabe todos los trucos del género, se centra más en buscar su anticipación en un negro gag ingenioso y macabro capaz de sorprender antes por la forma en la que llega la muerte que por el momento.
 
 
Así, Simon Barret ha añadido a esta historia convencional otros tonos que la hacen distanciarse del género para acercarse a la comedia negra y las historias de venganza. Como es de esperar un grupo de asesinos-psicópatas disfrazados con máscaras de peluche ha decidido asesinar y hacer la vida imposible a los habitantes de una gran mansión. Pero esta vez no son adolescentes hormonados que se han aislado en busca de alcohol y sexo, sino una adinerada familia disfuncional. Y entre matanza y matanza, Barret se divierte burlándose de sus trapos sucios (la ola de asesinatos comienza en plena cena y discusión familiar). En lugar de tener a un “negro gracioso” tenemos para hacernos reír macabramente a un presuntuoso hermano muy dado a los reproches (en todo momento), y empeñado en no morir fácilmente; a la pareja protagonista típica contrapone otra pareja en la que ella es una especie de Chuck Norris con pechos y cara susto y él un gordito cobarde. El resultado son conversaciones tan negras y simpáticas como la última entre esta pareja protagonista.
 
 
Gradualmente, sin giros de guión demasiado bruscos, la película cambia el tono completamente y se convierte en un film de venganza. Como cuando en un momento lúcido de nuestras pesadillas tomamos el control y damos la vuelta a nuestro sueño. Es entonces cuando se desvela la humana naturaleza de los crímenes y los asesinos se quitan las máscaras para mostrar que no son meros psicópatas con una entidad casi sobrenatural. Ahora empieza la diversión. Continúa la matanza.
 
Termina la película en un buen clímax con todos los elementos del film y queda un agradable sabor de boca. Más que un ejercicio de tensión e incluso miedo -que en cierta medida y en pequeñas dosis algo hay-, Wingard y Barret nos han ofrecido algo fresco, entretenido y hasta divertido. Qué importa que, como suele ocurrir en estas películas, no haya más donde rascar.
 
 

'El espíritu del 45' - Lo que dejamos vender

 
Título original: The Spirit of '45 Director: Ken Loach Guión: Ken Loach Música: George Fenton Reparto: Documentary Duración: 94 min. Distribuidora: Golem 

 En un presente en el que los restos de un Estado del Bienestar -que en España apenas pudimos oler- son despedazados y vendidos, pocos ejercicios de recuerdo historiográfico son más pertinentes y necesarios y más de actualidad que rememorar todo lo que nuestros abuelos pasaron para conseguir aquello que ahora dejamos vender, en qué condiciones se vivía entonces y las esperanzas que estamos tirando por la borda. Ken Loach no está hablando del pasado, se refiere estratégicamente y con audacia al presente.
 
Nadie en sus cabales negará que el “espíritu del 45” hiciera mucho por aquellos que menos tenían, pero con frecuencia no le damos el alto valor que merece u olvidamos que los derechos, una vez ganados, hay que defenderlos. Este es al auténtico recordatorio que se propone el director socialista. Por ello contrapone a la fiesta y celebración nostálgica del solidario “espíritu del 45’, la vil manera y progresión en que se empezó a desmoronar y privatizar un estado posible gracias a la socialdemocracia, por manos de políticos del neoliberalismo (los afines pioneros: Pinochet, Thatcher y Reagan). El documental está siempre aplicado a Gran Bretaña. Lo contrario sería debilitar el discurso y prolongar innecesariamente el metraje. Es tarea fácil para el espectador dar un paso más al planeado por Loach y ver dónde estamos 30 años después de estas políticas neoliberales… a dónde ha llevado esta falsa “Gran Moderación”.
 
 
 Como lamento, celebración nostálgico e importantísimo recuerdo el documental funciona, pero como nada más. Pocas cosas hay más tristes tras el visionado de un documental, y más en uno como este, que constatar con plena seguridad cómo no se ha extraído ni una sola idea interesante de los 94 minutos de metraje. Eso ocurre con 'El espíritu del 45’, y es muy triste.

Hay una elipsis fundamental en el discurso de este documental: aquella que contrapone de un salto el inicio de la socialdemocracia en 1951 con el inicio de la política de la Dama de Hierro en 1979. Con ella se barren e ignoran de golpe 30 años de historia. Estamos ante toda una declaración de intenciones. Por una parte, la comparación de ambos espíritus, uno idealizado en el que reina la solidaridad, y otro regido por el egoísmo y el individualismo; por otra, el maniqueísmo de la propuesta de un director más efectista que reflexivo. A Loach no le importa comprender ni explicar qué ocurrió en esos 30 años. No le importa la ‘estanflación’, la crisis del 73, ni ninguno de los cambios políticos, económicos y culturales que propiciaron la subida de Thatcher y su neoliberalismo bajo el lema TNA (‘There is Not Alternative’. Ríanse pero a nosotros nos la están colando con las mismas palabras… pero en un peor inglés). A Loach le vuelve a poder la persuasión fácil y emocional sobre la reflexión. Comprobamos lo mismo en los entrevistados. Contrastan una mayoría de trabajadores testigos del cambio del gobierno laborista de Clement Attlee en contra de una minoría de expertos capaces de indagar y analizar en ellos.
 
Las alternativas que parece sugerir el documental tampoco me convencen demasiado… ¿Hay que volver al fin de una II Guerra Mundial, a un porcentaje de ancianidad minúsculo, a la muerte de miles de obreros, a la destrucción de un país y a las ayudas americanas para reconstruir el Estado del Bienestar? O tal vez, más que las medidas concretas, lo que reivindica el director, es ese “espíritu” solidario y activista del que hace mención el título y que no hay que creerse del todo. ¿Pero entonces, por qué abusar de datos históricos concretos de escaso valor sobre los pasos en la nacionalización de cada servicio? 

A la espera de que en su próxima película Ken Loach nos de las respuestas, tendremos que pensar por nosotros mismos en lugar de volver a soluciones del pasado. Hasta entonces, tratemos de mantener tantos derechos y servicios como podamos.