Título original: The Broken Circle Breakdown Director: Felix Van Groeningen Guión: Carl Joos, Felix Van Groeningen Fotografía: Ruben Impens Música: Bjorn Eriksson Reparto: Veerle Baetens, Johan Heldenbergh, Nell Cattrysse Distribuidora: Golem distribution
Han pasado varias semanas y aun pienso en Llewyn Davis. Aún me cabrea su ausencia en los Oscar. Con tan buen recuerdo, me apetecía este homenaje al bluegrass, “la más forma más puro de country estadounidense”. No tienen nada que ver. Alabama Monroe (The Broken Circle Breakdown) es, ante todo, un melodrama. Avalado, eso sí, por numerosos festivales y una nominación a los Oscar como mejor película extranjera.
Felix Van Groeningen no quiere que su carta de presentación en EEUU sea un millonésimo drama sobre una enfermedad terminal, la leucemia. Como tantos otros autores de melodrama, quiere que su película sea una reflexión sobre la muerte y por tanto, sobre la vida, el consuelo.
Me gusta que el guión resuelva el nudo melodramático a mitad de la
película, con pocas pero eficaces escenas, y que se centre en las consecuencias
para la pareja protagonista. Pero sigue siendo un melodrama más. Aunque Van
Groeningen trata de diferenciarse con una pareja progre, “poco convencional”,
amantes del campo, EEUU, el bluegrass
y los tatuajes, cae en todos los tópicos del género favorito de Antena 3:
pareja feliz y perfecta es enfrentada a la enfermedad y comienzan los
problemas. Un dramón.
Durante la primera mitad la película funciona perfectamente a
pesar del artificio, de la falta de sorpresas y de la idílica y convencional
relación protagonista. Hasta que llegan los problemas. Sonrío burlón ante la
facilona excusa del pájaro contra el cristal para plantear todos los problemas
del filme -la muerte, la fe, la razón…-, y me dejo llevar por el buen hacer del
director y sus actores. La lágrima surge cuando debe, sin que la fuercen
demasiado y los minutos pasan raudos. Tanto que ya no recuerdo qué más pasaba.
Sí recuerdo la música. Me gustó.
Llega la segunda mitad y algo comienza a torcerse. Un dramón. Dos
formas distintas de afrontar la pérdida -razón versus fe-, bastante discurso naif y un metraje excesivo que empieza a
pesar: la película se ha desinflado. Ni las interpretaciones ni la música
salvan la película del suicidio. Sí son, eso siempre, un consuelo.
Alabama Monroe está a
años luz de Inside Llewyn Davis. Está
en los Oscar.
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