Título original: Elysium Director: Neill Blomkamp Guión: Neill Blomkamp Música: Ryan Amon Reparto: Matt Damon, Jodie Foster, Sharlto Copley, Alice Braga, William Fichtner, Diego Luna, Wagner Moura, Talisa Soto, Ona Grauer, Terry Chen, Adrian Holmes Distribuidora: Sony Pictures Releasing de España
En su primer largometraje (District 9, 2009), Neill Blomkamp irrumpió con fuerza en las pantallas mediante una historia que conjugaba -como solo permite la ciencia ficción- el espectáculo más palomitero con la crítica social. El director sudafricano arremetía contra las multinacionales, la industria armamentística, las mafias africanas y la xenofobia, intolerancia y 'guetización' del diferente; pero lo hacía de forma superficial, cediendo siempre a un espectáculo bastante convencional. La desaprovechada idea de partida era brillante, a pesar de sus semejanzas con Alien Nación (Graham Baker, 1988), y aunque la película no era para tanto fue un éxito de taquilla y recibió excelentes críticas. Era de esperar que en su siguiente película Blomkamp repitiera la misma fórmula. Lo que no era tan predecible es que exacerbaría todos sus defectos.
Elysium,
igual que su predecesora, es ante todo una película de acción ambientada en el
futuro, pero también una débil metáfora con una convencional crítica social del
presente. La diferencia es que ahora la crítica se centra únicamente en la
injusta distribución de la riqueza y las migraciones desesperadas que esto
ocasiona. La poca élite adinerada, que son todos muy malos, oscila entre el
fascismo de la ministra de defensa y la hipocresía políticamente correcta del
presidente. Hablan francés (aunque el inglés parece el idioma oficial de la
humanidad) y viven en una lujosa estación espacial sin enfermedades. El resto,
la mayoría de los seres humanos, que hablan español y que son muy muy buenos a
pesar de la miseria y el crimen, viven en una tierra enferma, contaminada y
tercermundista.
El
resto de la película se mantiene fiel al estilo de District 9. Planos generales
que contrastan el lujo de la estación espacial con la podredumbre de la tierra,
convencionales escenas de acción con cámara en mano resueltas con ritmo y
desorden pero sin genio, y una negligente indiferencia por los personajes y el
guión. Los personajes, esta vez con una mayor gama de secundarios, son aún
más arquetipos que en el anterior trabajo del director. Por su parte los aún
más numerosos defectos del guión -p.e. el absurdo y débil sistema de defensa de
la estación espacial o el sentimentaloide y absurdo final de épica fallida que
escupe sobre el mismo tema social de la película: el problema de la
distribución de unos recursos finitos- hacen que como historia y como parábola
crítica, la película sea insostenible.
Esta
vez Blomkamp se ha quitado la máscara que aun podía engañarnos en su anterior
trabajo. No es un director de blockbuster preocupado por la sociedad,
sino un director con buen olfato para llenar las salas. Al igual que
Coca-Cola, el director de District 9
ha descubierto que, en contexto de crisis, las preocupaciones sociales venden.
Solo hay que tener cuidado en no profundizar demasiado, algo que además
requiere demasiado esfuerzo, en no ser revulsivo y en no molestar a ningún
espectador potencial. Viendo Elysium
parece que el único problema que preocupa a Blomkamp es llenar las salas.
Realmente
la única diferencia profunda entre Elysium
y District 9 es la idea de
partida. Suficiente para que un servidor, como parece haber ocurrido entre público
y crítica, se desengañe sobre un director que poco tiene que aportar a un
género devorado por el fantástico.
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