martes, 31 de diciembre de 2013

Las mejores películas de 2013

Aunque por lo general este año ha estado plagado de sorpresas y no nos han invadido excesivamente a blockbusters, solo un puñado de películas han sido realmente dignas de recibir largos aplausos al final de la proyección, de contemplar esos gestos tan impagables que de vez en cuando el espectador emite a modo de sonrisas y de ojos vidriosos, de necesitar quedarse sentado hasta que finalizan los crédito para asimilar el trago. Por eso quizás ninguna nos va a despedir el año a lo grande, en un intento de endulzarnos las últimas eucaristías de taquilla que a muchos nos gusta forzar. Nos vamos a tener que conformar con el lirismo pornográfico de Lars von Trier y con Bilbo Bolsón buscando castañas en Erebor.

Pero si hay algo que siempre compensa las agridulces conclusiones es esa lista que todo cinéfilo se guarda en la memoria para recomendarla a sus compañeros de vicio. Quizás es que uno se acostumbra fácilmente a que al menos haya un buen estreno por semana o por dos, como sucedió en la práctica totalidad del año anterior, pero esta vez me salen cinco títulos a rescatar:

1- La gran belleza (Paolo Sorrentino)
2- Blue Jasmine (Woody Allen)
3- La vida de Adèle (Abellatif Kechiche)
4- Prisoners (Denis Villeneuve)
5- Vivir es fácil con los ojos cerrados (David Trueba)

En esta minilista no incluyo películas que hayan participado en alguna entrega de premios. Es decir, nada de 'Amour', 'Searching for Sugar Man', 'Blancanieves', 'Django unchained', etc., que ya tuvieron sus elogios el año pasado y además son de producción anterior. Eso sí, de haber alargado la lista hacia el decálogo habrían entrado 'La mejor oferta' de Tornatore, 'Gravity' y '12 años de esclavitud', entre otras menores (sí, menores). Pero esto va de ser breves. Paolo Sorrentino merece sentarse en el trono por el hermoso y díscolo homenaje a la sociedad italiana que se marca a través de 'La grande bellezza'. Una belleza que resalta el lado más sucio de la hipocresía burguesa, explicada mediante la labia de un escritor venido a menos, pedante pero entrañable, bajito pero colosalmente respetable. Sus reminiscencias fellinianas acarician el sobresaliente cuando los personajes bailan en discotecas y la cámara se convierte en el mejor guía turístico que ha conocido la ciudad de Roma desde La dolce vita. Un regalo para la vista y también un mazazo a ese pequeño ser ególatra que de alguna forma todos llevamos dentro. Por otra parte Woody Allen ha logrado convertir a 'Blue Jasmine', su vuelta al drama, en un tapiz de críticas positivas que ya desbordan en su larga filmografía. Ojalá nos siga regalando películas hasta cumplir cien años, aunque sean tan flojas como 'A Roma con amor'. De 'La vida de Adèle' solo puedo repetir los mismos encomios que lleva recibiendo desde que Abellatif Kechiche levantó la Palma de Oro en Cannes. Pocas películas llegarán a escenificar el desamor igual que lo ha hecho el tándem Seydoux-Exarchopoulos a base de conversaciones maduras, de planos detalle hacia labios sinuosos que comen spaguettis y que besan otros labios, de escenas perpetuadas de sexo explícito sin caer en lo meramente pornográfico.

También me siento obligado a reivindicar 'Prisoners' como una de las películas del año. Por mucho que la Academia la ignore, para mi -y para una quincena de periodistas en España y Estados Unidos: ver link-, es uno de los thrillers más redondos y asfixiantes que he visto desde el mejor David Fincher. (Os invito a leer mi crítica en Bandeja de Plata). Por último no me gustaría desechar mi vena reivindicadora sin incluir a la que considero mejor película española de 2013, 'Vivir es fácil con los ojos cerrados'. No hagan caso a Montoro en eso de que este año no hay calidad local, pues más allá de la última de Sánchez Arévalo y del -->coloque su adjetivo favorito<-- de Almodóvar se esconde David Trueba, un director modesto y con una capacidad para narrar historias que muchos quisieran. (La crítica en un click).

Y para no ser menos justo, en la siguiente lista incluyo otras cinco películas que a mi parecer podrían haber dado mucho más de sí, sin contar por supuesto metrajes de desagüe como 'La jungla 5', 'Movie 43' o 'Gangster Squad'. Podéis leer la crítica completa pinchando en cada título:

1- The Bling Ring: Qué mona va esta chica siempre y qué bien graba su colección de cosmética. Sofia Coppola nos sometió a una hora y media de tortura fashion victim en la que nos hizo echar de menos una pastilla de cianuro.

2- El consejero: ¿Qué sucede cuando Sir Ridley Scott cumple 75 años y le da por trasladar a la pantalla un guión de Cormac McCarthy? Que Brad Pitt se viste de tejano, Cameron Diaz copula con un Ferrari y Javier Bardem se queda dormido en una sesión de rayos uva. Ver para creer.

3- Trilogía Paraíso: Por alguna razón Ulrich Seidl ha arrasado este año entre los círculos independientes más vistosos con su trilogía austriaca sobre el Amor, la Fe y la Esperanza, labrada con un tono documental atractivo pero también pretenciosamente morboso y en parte nauseabundo. Va al cajón de las revisables. De momento, decepción.

4- R3sacón: Como fan de esta saga me esperaba algo más del desenlace del barbudo salido y compañía. Otro ejemplo más del resultado de rodar con prisas y de querer alargar las buenas fórmulas de taquilla.

5- Bienvenidos al fin del mundo: Los fans de la comedia independiente tienen con este agridulce filme la oportunidad de cuestionarse la admiración que se ganó Adam Wingard por 'Zombies Party' y 'Scott Pilgrim'.

En definitiva, espero que 2014 sea tan bueno como 2012 y que seamos testigos de un año placentero y aplaudible, y que al menos nos haga mitigar el efecto secuela que nos invade en 2015... Eso sí, antes de los próximos Oscars todavía quedan por ver grandes títulos como 'Inside Llewyn Davis', 'El lobo de Wall Street', 'Her', 'La venus de las pieles' y la que más hype me ha generado desde que vi el tráiler: 'Nebraska', de Alexander Payne.

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